El Litoral Vespertino (Argentina) 13-02-13
El Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF) atraviesa un presente promisorio: no solamente cumple su objetivo central, que es cubrir la demanda de medicamentos gratuitos del sistema de salud santafesino, sino que llega a otras provincias y tiene expectativas de crecimiento. Hoy, cubre el 94 % de las unidades medicamentosas que se destinan a la atención primaria de la salud de la provincia y el 64 % de la totalidad de unidades que utiliza el sistema público de salud santafesino. Antibióticos (amoxicilina y cefalexina), analgésicos (ibuprofeno y paracetamol) y medicamentos destinados a personas hipertensas y diabéticas son los que generan más demanda, dentro de una amplia lista.
Para cumplir este cometido, en el último lustro produjo 344.000.000 de unidades medicamentosas que se entregaron en la provincia, para abastecer el requerimiento de 43 especialidades que se usan en la atención primaria, de las cuales el LIF es el único proveedor. Además, en el último año, gracias a las inversiones en equipos, maquinarias, obras civiles y capacitación del personal, aumentó un 50 % la capacidad instalada del área de comprimidos generales, la que tiene mayor demanda.
La estrategia que encaró hace cinco años la repartición fue usar la capacidad extra para intervenir en otros mercados, con la única salvedad de que los medicamentos lleguen gratis al paciente. “Por eso, nuestros clientes fuera de la provincia, son fundamentalmente sistemas de salud provinciales o municipales”, señaló Carlos Arqués, uno de los directivos del LIF.
De hecho, en el último quinquenio se produjeron y entregaron 89.000.000 de unidades medicamentosas a clientes externos como el plan Remediar del Ministerio de Salud de la Nación y los sistemas de salud de las provincias de Misiones, Río Negro y de las municipalidades de Concordia, Bahía Blanca y Mar del Plata. Lo que hace un total -sumado a lo que se produjo para la provincia de Santa Fe- de 433.000.000 de unidades producidas y entregadas. El margen económico de estas operaciones, se destina a inversiones de capital: maquinaria, obras y capacitación.
En pie de igualdad
La actualidad del laboratorio, que muestra la llegada a varios puntos del país con medicamentos que llevan el “sello” santafesino, se sustenta en una estructuración racional de los recursos. “Por eso, puede ser competitivo en el mercado nacional”, explicó Arqués. Y eso se logra cumpliendo los estándares de calidad que exigen los organismos de contralor. “Estamos en un pie de igualdad con cualquier industria privada en lo económico y en la calidad”, añadió.
Al trazar un diagnóstico de la actualidad, otro de los directores, Guillermo Cleti, remarcó que estos resultados se concretan por la potenciación a la producción pública de medicamentos que se dio en los últimos años, según lo trazado en uno de los puntos del Plan Estratégico Provincial. Que incluyó inversiones para avanzar en tecnología y adecuar los elementos que estaban obsoletos dentro de la planta. “Se logró este posicionamiento de tener estabilizada la producción a nivel local, con la perspectiva de mirar el mercado nacional”, sintetizó Cleti.
Perspectivas
Las perspectivas de crecimiento que tiene el LIF a largo plazo se asocian con el futuro traslado a una nueva planta que se erigirá en un terreno de 11 hectáreas ubicado a la vera de la autopista Santa Fe Rosario, antes de Sauce Viejo y lindante con el Aeropuerto. Esto, que se encuentra hoy en proyecto, supondría una inversión que -en base a números del año pasado- rondaría los 40 millones de pesos.
De todas formas, para el corto y mediano plazo, las autoridades del LIF barajan la posibilidad de conformar un segundo turno de trabajo, al menos en algunas áreas, que permita ampliar la capacidad de producción de la planta actual. Es que, aún cuando maneja esquemas de horario extendido, el laboratorio trabaja con un solo turno, teniendo las máquinas y la capacidad física para dos. “Podríamos pensar en un segundo turno, no en todas las áreas. Por ahí, se puede empezar con un doble turno en antibióticos, donde somos más fuertes”, conjeturó Cleti.
Estas posibilidades encuentran respaldo en cifras: Santa Fe consume, en números redondos, 20 millones de comprimidos de antibióticos, entre amoxicilina y cefalexina. Mientras que un solo ítem de una licitación abierta por el Programa Remediar, implica tener que proveer 40 millones de comprimidos anuales. Lo que genera al LIF un desafío para llegar a estos guarismos. “Estaríamos en condiciones de hacerlo en forma gradual”, se entusiasmaron ambos directivos.
97 personas conforman la planta de personal de LIF. De éstos, 27 son profesionales universitarios y 35 tienen formación como técnicos.
300 a 400 visitantes recorrieron las instalaciones durante el curso del último año y medio, desde funcionarios públicos hasta estudiantes universitarios.
3.000 horas de capacitación recibieron, aproximadamente, los agentes que se desempeñan dentro del laboratorio a lo largo del año pasado.
El Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF) atraviesa un presente promisorio: no solamente cumple su objetivo central, que es cubrir la demanda de medicamentos gratuitos del sistema de salud santafesino, sino que llega a otras provincias y tiene expectativas de crecimiento. Hoy, cubre el 94 % de las unidades medicamentosas que se destinan a la atención primaria de la salud de la provincia y el 64 % de la totalidad de unidades que utiliza el sistema público de salud santafesino. Antibióticos (amoxicilina y cefalexina), analgésicos (ibuprofeno y paracetamol) y medicamentos destinados a personas hipertensas y diabéticas son los que generan más demanda, dentro de una amplia lista.
Para cumplir este cometido, en el último lustro produjo 344.000.000 de unidades medicamentosas que se entregaron en la provincia, para abastecer el requerimiento de 43 especialidades que se usan en la atención primaria, de las cuales el LIF es el único proveedor. Además, en el último año, gracias a las inversiones en equipos, maquinarias, obras civiles y capacitación del personal, aumentó un 50 % la capacidad instalada del área de comprimidos generales, la que tiene mayor demanda.
La estrategia que encaró hace cinco años la repartición fue usar la capacidad extra para intervenir en otros mercados, con la única salvedad de que los medicamentos lleguen gratis al paciente. “Por eso, nuestros clientes fuera de la provincia, son fundamentalmente sistemas de salud provinciales o municipales”, señaló Carlos Arqués, uno de los directivos del LIF.
De hecho, en el último quinquenio se produjeron y entregaron 89.000.000 de unidades medicamentosas a clientes externos como el plan Remediar del Ministerio de Salud de la Nación y los sistemas de salud de las provincias de Misiones, Río Negro y de las municipalidades de Concordia, Bahía Blanca y Mar del Plata. Lo que hace un total -sumado a lo que se produjo para la provincia de Santa Fe- de 433.000.000 de unidades producidas y entregadas. El margen económico de estas operaciones, se destina a inversiones de capital: maquinaria, obras y capacitación.
En pie de igualdad
La actualidad del laboratorio, que muestra la llegada a varios puntos del país con medicamentos que llevan el “sello” santafesino, se sustenta en una estructuración racional de los recursos. “Por eso, puede ser competitivo en el mercado nacional”, explicó Arqués. Y eso se logra cumpliendo los estándares de calidad que exigen los organismos de contralor. “Estamos en un pie de igualdad con cualquier industria privada en lo económico y en la calidad”, añadió.
Al trazar un diagnóstico de la actualidad, otro de los directores, Guillermo Cleti, remarcó que estos resultados se concretan por la potenciación a la producción pública de medicamentos que se dio en los últimos años, según lo trazado en uno de los puntos del Plan Estratégico Provincial. Que incluyó inversiones para avanzar en tecnología y adecuar los elementos que estaban obsoletos dentro de la planta. “Se logró este posicionamiento de tener estabilizada la producción a nivel local, con la perspectiva de mirar el mercado nacional”, sintetizó Cleti.
Perspectivas
Las perspectivas de crecimiento que tiene el LIF a largo plazo se asocian con el futuro traslado a una nueva planta que se erigirá en un terreno de 11 hectáreas ubicado a la vera de la autopista Santa Fe Rosario, antes de Sauce Viejo y lindante con el Aeropuerto. Esto, que se encuentra hoy en proyecto, supondría una inversión que -en base a números del año pasado- rondaría los 40 millones de pesos.
De todas formas, para el corto y mediano plazo, las autoridades del LIF barajan la posibilidad de conformar un segundo turno de trabajo, al menos en algunas áreas, que permita ampliar la capacidad de producción de la planta actual. Es que, aún cuando maneja esquemas de horario extendido, el laboratorio trabaja con un solo turno, teniendo las máquinas y la capacidad física para dos. “Podríamos pensar en un segundo turno, no en todas las áreas. Por ahí, se puede empezar con un doble turno en antibióticos, donde somos más fuertes”, conjeturó Cleti.
Estas posibilidades encuentran respaldo en cifras: Santa Fe consume, en números redondos, 20 millones de comprimidos de antibióticos, entre amoxicilina y cefalexina. Mientras que un solo ítem de una licitación abierta por el Programa Remediar, implica tener que proveer 40 millones de comprimidos anuales. Lo que genera al LIF un desafío para llegar a estos guarismos. “Estaríamos en condiciones de hacerlo en forma gradual”, se entusiasmaron ambos directivos.
97 personas conforman la planta de personal de LIF. De éstos, 27 son profesionales universitarios y 35 tienen formación como técnicos.
300 a 400 visitantes recorrieron las instalaciones durante el curso del último año y medio, desde funcionarios públicos hasta estudiantes universitarios.
3.000 horas de capacitación recibieron, aproximadamente, los agentes que se desempeñan dentro del laboratorio a lo largo del año pasado.
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